El guardián entre el centeno (J. D. Salinger)

"El guardián entre el centeno" es uno de mis libros favoritos, de esos que recomiendo a todo el mundo a todas horas, así que puede que sea un tanto imparcial.
Holden Caulfield es un chico de unos diecisiete años. Se pasa la mayor parte del tiempo en un internado o en otro, ya que a menudo le expulsan por su pasividad y lo poco que se aplica en los estudios. Un día su director le comunica que le van a expulsar, pero que no va a decírselo a sus padres hasta dentro de unos días. Así que Holden decide hacer la maleta y largarse a Nueva York.
Holden... ¡qué decir de él! Holden es un personaje muy especial: no se deja intimidar por los prejuicios sociales, dice lo que piensa y actúa según sus principios. Sabe apreciar las pequeñas cosas de la vida, aunque a veces algunas observaciones nos puedan resultar un tanto extrañas -ahora me pregunto qué hacen los patos de Central Park en invierno-. Holden cuenta sus pensamientos al lector sin censura alguna, sus reflexiones sobre la sociedad, la vida y las relaciones en estado puro. Su sinceridad, aunque en algunos momentos pueda llegar a resultar un poco perturbadora, muestra su verdadero yo, algo difícil de ver en muchas ocasiones. Es un gran libro con un gran personaje.
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Los últimos días de nuestros padres (Joël Dicker)

Ambientada en la Segunda Guerra Mundial, "Los últimos días de nuestros padres" nos coloca en las vidas de unos jóvenes, la mayoría de ellos franceses, reclutados por los servicios secretos británicos. Son candidatos a formar parte del SOE, una unidad del ejército destinada a labores de sabotaje y espionaje dentro de las líneas alemanas. Son sometidos a un entrenamiento duro y brutal, durante el que muchos abandonan. Al final quedan unos pocos, que se convierten en agentes secretos y son enviados a la Francia ocupada.
Descubrí el verano pasado a Joël Dicker (Ginebra, 1985) con el libro La verdad sobre el caso Harry Quebert, uno de los libros más adictivos que he leído hasta el momento. Y su nuevo relato no defrauda. La verdad es que escribió este libro antes que el de Harry Quebert, pero los publicó en desorden. Es un libro igual de adictivo, la continua acción y las nuevas experiencias que viven los personajes hacen que el lector necesite saber que va a ocurrir. Muestra la guerra desde un punto de vista distinto y hace una reflexión acerca de la importancia de nuestros padres. Es un libro muy bonito, interesante y entretenido. Su gran extensión no resulta un problema en absoluto. Muy recomendable.
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La importancia de llamarse Ernesto (Oscar Wilde)

El teatro es un género del que he leído poco, pero que está empezando a despertar un gran interés en mí. No se si será por el continuo diálogo, que hace que la acción avance más deprisa, o por el hecho de que el poco teatro que he leído me haya gustado tanto.

"La importancia de llamarse Ernesto", del irlandés Oscar Wilde, es una "comedia trivial para gente seria". Está ambientada en el siglo XIX, en Inglaterra. Nos presenta a Jack y a Algernon que, o bien quieren escapar del bullicio de la ciudad, o bien quieren huir de la tranquila vida del campo. Para ello recurren a un personaje ficticio, Ernesto, que utilizan como excusa para sus continuos viajes.
Esta ocurrencia les trae más de un problema y da pie a numerosas situaciones, en su mayoría cómicas.
La obra es un despliegue de arte, juegos de palabras, sentimientos y pasiones.
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La carretera (Cormac McCarthy)

Siempre he hecho reseñas de libros que me han gustado y que recomiendo, nunca he hecho ningún post sobre algo que no me haya gustado. Esta vez va a ser algo distinto. No es que no me haya gustado el libro, es que ha sido algo... raro.
"La carretera" trata sobre un padre y un hijo que viajan por una carretera hacia el sur. Un cataclismo que no se menciona ha destruido prácticamente todo, dejando solo un cielo gris y un mundo vacío y cubierto de cenizas. El padre y el hijo van hacia el sur de Estados Unidos con la esperanza de encontrar algo mejor allí. Llevando únicamente un carrito de la compra con sus pocas pertenencias y provisiones, tienen que hacer frente a las hordas de caníbales que patrullan por los parajes desolados. El relato habla sobre la relación entre el padre y el hijo, con poco diálogo pero gran significado, y la realidad de un mundo gris e inerte.
La verdad es que leí el libro porque había ganado el Pulitzer en 2007  y tenía curiosidad. Además el tema me llamaba la atención. Cuando lo empecé a leer, lo primero que me sorprendió fueron los diálogos. No se especifican con guiones ni el narrador nos dice en ningún momento quién habla, lo que a veces podía resultar algo confuso. Pero es algo que concuerda perfectamente con el libro en general. La historia es impactante, los paisajes se describen a la perfección y el padre y el hijo son buena gente. Lo que sin duda más me impresionó fue el hecho de que el autor, al narrar situaciones muy duras, no termine de describir o contar lo que está ocurriendo en la realidad. Te hace imaginarte por ti mismo los hechos, entender lo que quiere decir, el horror detrás del silencio. Algunos pasajes son especialmente duros, por lo que no lo recomiendo a gente muy joven.
El libro en su conjunto es algo curioso. Muy curioso.
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